La palabra Soufflé significa "soplado" o "inflado", y por ello se le ha puesto este nombre a la elaboración que hoy os presentamos, ya que se compone fundamentalmente de claras batidas a punto de nieve, que incorporadas al resto de ingredientes hacen que el resultado final sea un "pastelito" hinchado, muy ligero y suave, debido al aire que queda incorporado en el interior.
Dependiendo de los ingredientes que se incorporen a la receta, se pueden hacer soufflés tanto dulces (chocolate, fruta...) como salados (queso, pescado, vegetales...), pudiendo así ser degustados o bien como entrante o como postre.
Nosotros hoy nos hemos decantado por uno de chocolate negro (64 %), y lo hemos presentado en un ramekin, el recipiente tradicional para hornear el soufflé.
Soufflé de chocolate (6 unidades)
- 7 claras
- 3 yemas
- 140 g chocolate negro (64 %)
- 2 cucharadas soperas de mantequilla
- 1 pizca de sal
- 45 g azúcar glass
- Mantequilla + azúcar glass para camisar los moldes
Precalentar el horno a 210ªC.
Blanquear las yemas de los huevos hasta que adquieran un color mas claro y doblen su volumen.
Derretir el chocolate junto con la mantequilla. Dejar enfriar unos 10 minutos y pasado este tiempo añadir a las yemas. Mezclar bien. Añadir una pizca de sal.
Montar las claras a punto de nieve. Cuando estén casi montadas añadir el azúcar en dos veces, sin dejar de batir.
Añadir las claras a la mezcla de yemas y chocolate, e incorporarlas con una espátula realizando movimientos envolventes, teniendo mucho cuidado para que no bajen.
Camisar los moldes a usar con mantequilla y azúcar. Verter la mezcla justo hasta los bordes.
Bajar la temperatura del horno a 190ºC, y cocer durante 16 minutos. Servir caliente.
Esta delicioso!
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