Nos gusta el chocolate. No es
ningún secreto. Nos gusta trabajar con él, y nos gusta degustarlo en todos sus formatos:
tabletas, helados, tartas, bombones, a la taza… incluso nos gusta cuando es
incorporado sutilmente en un plato salado proporcionando un contraste de
sabores exquisito.
Pronto empezaremos con las
recetas de bombones, pero antes debemos hablar de la técnica del atemperado del
chocolate, en que consiste y porque debe hacerse.
Para ello, usaremos el libro "Au Coeur Des Saveurs", de Frédéric Bau,
gran pastelero Francés y responsable de l’Ecole du Grand Chocolat Valrhona.
Una gran parte del libro está
dedicada a la explicación de distintas técnicas pasteleras, mientras que la
otra contiene recetas de todo tipo: pasteles, bombones, bases, mousses… y
postres de restaurante.
La gracia del libro, a parte de
la gran cantidad de información útil que proporciona, es que está escrito a la
vez en Español y Francés, y que las recetas están estructuradas en formato
“restaurante”, es decir: elaboración individual de todos aquellos elementos que
formarán el producto final, mise en place,
servicio y almacenaje. En resumen, muy recomendable para todos los amantes de
la cocina dulce.
Y sin entretenernos mas, con sus
mismas palabras:
“¿Cómo y por qué realizar el
atemperado del chocolate? El chocolate contiene una materia grasa llamada
manteca de cacao. Una vez fundido, este componente no puede volver a su forma
estable original. Necesitará una cristalización. En este proceso de
cristalización del chocolate se forman varios tipos de cristales, algunos
positivos para la obtención de una cristalización correcta, y otros que
interfieren con ésta y que, por lo tanto, deben ser evitados.
Existen varios puntos de vista
acerca de la cristalización del chocolate, y por ello se producen errores a
raíz de soluciones aproximadas dadas por profesionales, convencidos de remediar
así los problemas con que se encuentran. Pero soy de la opinión de que se debe
utilizar un lenguaje profesional cuando un pastelero habla con otro.
Debemos, por lo tanto, disponer
de una puesta a punto, de un atemperado, que permitirá trabajar con la bañadora
y sin problemas durante 5 o 6 horas seguidas.
En la fase del baño mecánico, la
cristalización debe ser lo más perfecta posible. Bajo la influencia de una
fricción constante de los cristales, el chocolate es continuamente batido en la
bañadora, en una proporción mucho mayor que si se hiciera en un perol con
espátula. De este modo, el riesgo de espesamiento prematuro es mayor.
Para obtener un endurecimiento o
cristalización perfecta de una cobertura, se debe primero “descristalizarla”, o
sea mantenerla en una estufa durante 24 horas a temperatura entre 45 y 50ºC en
el caso de una cobertura de leche, y entre 55 y 58ºC para una cobertura de
chocolate negro. Estos dos factores de tiempo y de temperatura se deben
respetar escrupulosamente.
Una cobertura fundida con
demasiada rapidez a temperatura excesiva no alcanzará su punto de
“descristalización”, lo que explica a menudo un espesamiento demasiado rápido y
un brillo apagado. Una vez la cobertura haya sido correctamente fundida y
“descristalizada”, se puede recristalizar correctamente, es decir, formar
cristales que producen más tarde un endurecimiento y una cristalización con un
brillo perfecto y duradero.
Aunque pueda parecer anticuado,
el atemperado manual sobre mármol es para mí el más adecuado, aunque muchas máquinas
hacen este trabajo de enfriamiento lento y regular del chocolate.
El mármol brinda la posibilidad
de enfriar el chocolate de forma regular, evitando, siempre que no sea
refrigerado, la sobrecristalización que trataremos mas adelante.
Cristalización
Verter 3/4 del chocolate fundido caliente sobre el
mármol sin refrigerar. Tener en cuenta que si el mármol está demasiado frío,
aparte del problema de sobrecristalización, está también cubierto de humedad,
lo que perjudica el trabajo del chocolate.
El 1/4 de chocolate se mantendrá
caliente, por ejemplo al baño maría, puesto que será muy útil en esta fase para
evitar una bajada súbita de la temperatura y los riesgos de un enfriamiento
excesivo.
Una vez sobre el mármol, se
trabajará el chocolate con la ayuda de utensilios lo suficientemente anchos
para no tener que remover con demasiada rapidez, y evitar así, con la
incorporación de burbujas de aire, un espesamiento rápido y un brillo apagado.
Con una sonda electrónica o un
termómetro muy preciso, se verificará a menudo la temperatura. Cuando se sitúe
entre los 26 y 27ªC para la cobertura de leche, y entre 28 y 29ºC para la
cobertura de chocolate negro, el enfriamiento debe ser inmediatamente
interrumpido.
Para ello se vierte el 1/4 de
chocolate guardado caliente, removiendo la mezcla. Se obtiene una cobertura
satinada. Cuando la cobertura está caliente, su superficie es totalmente
brillante, por el contrario, cuando cristaliza, se forma un velo satinado en su
superficie, señal de que la manteca de cacao está correctamente cristalizada.
Sin embargo, se debe evitar su espesamiento, y es posible que el chocolate
añadido no sea suficiente para subir de inmediato la temperatura a 28-30ºC para
la cobertura de leche, y a 31-33ºC para la de chocolate negro.
Este recalentamiento se puede
obtener de dos maneras:
O bien añadiendo mas cobertura
caliente, lo que resulta más rentable, puesto que al mismo tiempo que eleva la
temperatura, incrementa la cantidad de chocolate disponible, o bien calentando
la mezcla al baño maría hasta obtener la temperatura deseada. Esta temperatura
debe ser mantenida constante para evitar una sobrecristalización, es decir, que
el chocolate empiece a endurecerse."
Que complicat!
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