Tenemos a nuestro alcance infinidad de recetas de cocina.
Cuando no sabemos como preparar un plato, o estamos algo faltos de inspiración,
recurrimos a libros, revistas, o a la red. Buscamos, y no nos quedamos con la
primera que encontramos, sino que seguimos buscando y comparando, hasta
encontrar aquel procedimiento que nos parece mejor para aquello que queremos
hacer.
A menudo nos topamos con listas de ingredientes en las que
las unidades de medida de estos no son aquellas a las que estamos acostumbrados. Encontramos gramos, litros, tazas
y tacitas, galones, libras, cucharas y cucharitas… Hay una gran cantidad de
formas de calcular el alimento a utilizar en una receta, y cuando estas no
coinciden con las nuestras, nos supone un problema.
¿Cuantos gramos son una libra? ¿Pesan lo mismo 5 ml de agua
que 5 ml de aceite? ¿La taza que yo usaré es demasiado grande, o todo lo
contrario?
Harold McGee, especialista en la química de los alimentos y
de quien hablaremos mas a fondo en otro post, nos proporciona en su libro “La buena cocina” una serie de tablas de
conversión muy útiles para estos casos.
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