Las legumbres en general nos
aportan gran cantidad de nutrientes, entre ellos proteínas, hierro, vitamina B,
ácido fólico y almidón o aceite. Aquellas que tienen cubiertas seminales
coloreadas aportan además valiosos antioxidantes.
El problema que tienen las
legumbres es que algunos de sus compuestos favorecen la generación de gases en
nuestro aparato digestivo, situación que provoca cierto malestar.
Estos compuestos son grandes
cantidades de hidratos de carbono que las enzimas digestivas humanas no son
capaces de transformar en azúcares asimilables.
Hay varios remedios para evitar
(o por lo menos reducir) el problema de las flatulencias cuando se comen
legumbres.
Remojo
Cuando dejamos las legumbres en
remojo unas horas antes de proceder a su cocción, parte de esos azúcares quedan
en el agua. Es importante pues, si se quieren evitar los molestos gases,
sustituir el agua de remojo por agua nueva cuando se vayan a cocer.
Pre-cocción
Otro método efectivo es hervirlas
por un periodo de tiempo corto con abundante cantidad de agua. Se dejan reposar
una hora aproximadamente y se reanuda la cocción con agua nueva. Este método no
es del todo recomendable, ya que junto con los azúcares que provocan las
flatulencias, se van también gran cantidad de vitaminas solubles en agua,
minerales, azúcares simples…
Larga cocción
Al cocer las legumbres a fuego
lento y durante mucho tiempo, se acaban rompiendo gran parte de los
oligosacáridos y los cementos de las paredes celulares, descomponiéndolos en
azúcares simples y digeribles para nuestro organismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario