jueves, 12 de enero de 2012

¿Flatulencias? No, gracias


Las legumbres en general nos aportan gran cantidad de nutrientes, entre ellos proteínas, hierro, vitamina B, ácido fólico y almidón o aceite. Aquellas que tienen cubiertas seminales coloreadas aportan además valiosos antioxidantes.

El problema que tienen las legumbres es que algunos de sus compuestos favorecen la generación de gases en nuestro aparato digestivo, situación que provoca cierto malestar.

Estos compuestos son grandes cantidades de hidratos de carbono que las enzimas digestivas humanas no son capaces de transformar en azúcares asimilables.

Hay varios remedios para evitar (o por lo menos reducir) el problema de las flatulencias cuando se comen legumbres.

Remojo
Cuando dejamos las legumbres en remojo unas horas antes de proceder a su cocción, parte de esos azúcares quedan en el agua. Es importante pues, si se quieren evitar los molestos gases, sustituir el agua de remojo por agua nueva cuando se vayan a cocer.

Pre-cocción
Otro método efectivo es hervirlas por un periodo de tiempo corto con abundante cantidad de agua. Se dejan reposar una hora aproximadamente y se reanuda la cocción con agua nueva. Este método no es del todo recomendable, ya que junto con los azúcares que provocan las flatulencias, se van también gran cantidad de vitaminas solubles en agua, minerales, azúcares simples…

Larga cocción
Al cocer las legumbres a fuego lento y durante mucho tiempo, se acaban rompiendo gran parte de los oligosacáridos y los cementos de las paredes celulares, descomponiéndolos en azúcares simples y digeribles para nuestro organismo.

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